
DIARIONOTICIA.COM.DO-MIAMI, FLORIDA.- El presidente de Estados
Unidos, Joe Biden, volvió a insistir en que sus políticas
inmigratorias no son un llamado a la inmigración ilegal y que su
intención al implantar esas medidas no es que las comunidades
inmigrantes, como las de Centroamérica, se vean alentadas a cruzar
la frontera.
“Puedo decir claramente que no vengan”, dijo el mandatario durante
una entrevista con ABC News el martes por la noche.
“No abandonen su comunidad”
Biden recalcó que su administración está alistando los preparativos
para instalar de nuevo los centros de procesamiento en los países de
Centroamérica, para que las personas puedan pedir asilo en esos
lugares sin necesidad de hacer “la peligrosa travesía” hasta la
frontera sur de Estados Unidos.
“Estamos en el proceso de instalarnos. No abandone su pueblo, su
ciudad o su comunidad”, expresó durante la entrevista.
El presidente habló sobre la situación después de que se confirmó
que los cruces fronterizos en el suroeste están en camino de
alcanzar los niveles más altos en 20 años.
La situación ha provocado una profunda preocupación en las filas
republicanas, que ya alertaban de que las políticas inmigratorias
del nuevo gobierno suponían “un incentivo a la inmigración ilegal”.
Por eso, a principios de esta semana un grupo de congresistas
republicanos se desplazó hasta El Paso, Texas, para ver de primera
mano cuál era la situación con los inmigrantes, especialmente los
niños no acompañados que ahora están en custodia de la Agencia de
Aduanas y Protección Fronteriza (CBP en inglés).
La reconstrucción del sistema inmigratorio
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, coincidió en rueda de
prensa con el mensaje del mandatario e hizo a un llamamiento a la
paciencia debido al estado en que, según dijo, la anterior
Administración dejó el sistema inmigratorio. “Estamos trabajando en
reparar lo que se había convertido en un sistema desmantelado y no
preparado en absoluto. Va a demorar algún tiempo".
Psaki reconoció la compleja situación en que se encuentra la
frontera estos días, con la llegada de miles de migrantes cada día,
pero descartó que el Gobierno esté sopesando declarar una emergencia
ya que, según dijo, "su foco" está en restaurar el sistema para así
agilizar el proceso, de manera que, sobre todo los menores, puedan
abandonar la custodia de las autoridades fronterizas cuanto antes.
"Era suficiente para la Administración
previa, porque estaba expulsando niños, pero nosotros decidimos que
gestionaríamos esto de manera más humana"
Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca
La llegada de jóvenes migrantes no acompañados ha puesto en jaque a
la Administración Biden, que desde hace semanas busca cómo darles
cobijo en un escenario aún más complejo debido a la pandemia. Psaki
lamentó que, al comienzo de la nueva presidencia, había unas 13.000
camas a disposición de las autoridades fronterizas, si bien la
capacidad real y el personal, se habían reducido significativamente
debido a las restricciones impuestas por la pandemia.
“Esto era suficiente para la Administración previa, porque estaba
expulsando niños, además de familias y adultos solos; pero nosotros
decidimos que gestionaríamos esto de manera más humana", zanjó.
“Situación difícil”
El martes, el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos (HHS,
por sus siglas en inglés), Alejandro Mayorkas, admitió en un
comunicado que la región verá a más personas intentando entrar al
país que en cualquier otro momento de los últimos 20 años y
describió el incremento de inmigrantes llegando a la frontera de
México como una "situación difícil".
Mayorkas afirmó en el texto que el gobierno está creando un centro
de procesamiento conjunto para transferir a niños tan pequeños como
de seis años a la custodia del Departamento de Salud y Recursos
Humanos (HHS por sus siglas en inglés) y está intentando encontrar
refugios adicionales para ellos.
"Por difícil que sea la situación fronteriza ahora, la estamos
abordando. Hemos actuado y hemos avanzado. No nos hacemos ilusiones
sobre lo difícil que es y sabemos que llevará tiempo. Lo haremos",
afirmó.
El Gobierno de Biden ha puesto velocidad en el procesamiento de los
casos de cientos de menores de 18 años que han cruzado solos la
frontera sur al día desde Centroamérica y México.
Los funcionarios han advertido que "la frontera no está abierta" y
han dicho que están devolviendo a los adultos y a las familias que
han intentado cruzarla ilegalmente desde que Biden asumió el cargo
prometiendo revertir algunas de las políticas de línea dura de su
predecesor, Donald Trump.
"Estamos expulsando a la mayoría de los adultos y familias. No
estamos expulsando a niños no acompañados. Estamos asegurando
nuestra frontera, ejecutando la autoridad de salud pública de los
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para
salvaguardar al público estadounidense y a los propios migrantes, y
proteger a los niños. Tenemos más trabajo por hacer", advirtió
Mayorkas.
Según fuentes oficiales, más de 9.000 menores no acompañados fueron
interceptados en la frontera solo en febrero, de los cuales miles
están bajo custodia del Departamento de Salud, que se encarga de su
resguardo. De acuerdo con la ley, los niños deben ser transferidos a
los refugios administrados por el HHS en 72 horas.
Mayorkas reconoció además que las instalaciones de la Patrulla
Fronteriza están abarrotadas y que el plazo de 72 horas para su
traslado al HHS no siempre se cumple.
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