
DIARIONOTICIA.COM.DO-WASHINGTON.- La cantidad de dinero que los
trabajadores migrantes envían a sus hogares disminuirá un 14 % en
2021 con respecto a los niveles de 2019, según las últimas
estimaciones publicadas en la reseña sobre migración y desarrollo
del Banco Mundial.
Esto sucederá a medida que siga propagándose la pandemia de COVID-19
(coronavirus) y continúe agravándose la crisis económica.
Se proyecta que los flujos de remesas a los países de ingreso
mediano bajo se reduzcan en un 7 %, hasta ubicarse en los USD 508
000 millones en 2020, y posteriormente sufran una reducción del 7,5
%, llegando a los USD 470 000 millones en 2021. Entre los
principales factores que influyen en la disminución de las remesas
figuran el escaso crecimiento económico y los bajos niveles de
empleo en los países que reciben migrantes, la debilidad de los
precios del petróleo y la depreciación, con respecto al dólar
estadounidense, de las monedas de los países de origen de las
remesas.
“Los efectos de la COVID-19 son de gran alcance si se consideran
desde el punto de vista de la migración, ya que afectan tanto a los
migrantes como a sus familias, que dependen de las remesas”, afirmó
Mamta Murthi, vicepresidenta de Desarrollo Humano y presidenta del
Grupo Directivo sobre Migración del Banco Mundial. “El Banco Mundial
continuará colaborando con los asociados y los países para que se
mantenga el flujo de estas remesas vitales y el desarrollo del
capital humano”.
En todas las regiones se registrarán disminuciones en 2020 y 2021, y
se espera que la caída más pronunciada se producirá en Europa y Asia
central (16 % y 8 %, respectivamente), seguida de Asia oriental y el
Pacífico (11 % y 4 %), Oriente Medio y Norte de África (8 % y 8 %),
África al sur del Sahara (9 % y 6 %), Asia meridional (4 % y 11 %) y
América Latina y el Caribe (0,2 % y 8 %).
Se prevé que, en 2020, pese a la disminución prevista, las remesas
sean aún más importantes como fuente de financiamiento externo en
los países de ingreso mediano bajo. En 2019, los flujos de remesas
hacia tales países alcanzaron un máximo histórico de USD 548 000
millones, cifra superior a los flujos de inversión extranjera
directa (USD 534 000 millones) y a la asistencia externa para el
desarrollo (aproximadamente USD 166 000 millones). Se pronostica que
la diferencia entre los flujos de remesas y la inversión extranjera
directa se amplíe aún más, ya que se espera que esta última sufra
una disminución más pronunciada.
“Los migrantes están sufriendo mayores riesgos de salud y desempleo
durante esta crisis”, señaló Dilip Ratha, principal autor de la
reseña y director de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre
Migración y Desarrollo (KNOMAD). “Los factores fundamentales que
impulsan el flujo de las remesas son frágiles y este no es el
momento de desviar nuestra atención de los riesgos que pueden
empeorar la situación de estas remesas vitales”.
Este año, por primera vez en la historia reciente, es probable que
el número de migrantes internacionales disminuya a medida que se
ralentice la migración nueva y aumente la migración de retorno. Tras
la suspensión de los confinamientos nacionales, que dejaron a muchos
trabajadores migrantes varados en los países de acogida, se ha
informado de flujos de migración de retorno desde todas las partes
del mundo. Es posible que el aumento del desempleo derivado de las
restricciones más estrictas en la concesión de visas para migrantes
y refugiados dé lugar a un mayor aumento de la migración de retorno.
“Más allá de las consideraciones humanitarias, hay razones de peso
para apoyar a los migrantes que trabajan con las comunidades de
acogida en la primera línea de hospitales, laboratorios, granjas y
fábricas”, dijo Michal Rutkowski, director del Departamento de
Prácticas Mundiales de Protección Social y Trabajo del Banco
Mundial. “Las respuestas de políticas de apoyo adoptadas por los
países anfitriones deberían incluir a los migrantes, al tiempo que
los países de origen o de tránsito deberían considerar medidas para
ayudar a los migrantes a regresar a sus hogares”.
Los países de origen deben encontrar formas de apoyar a los
migrantes que retornan para que puedan reasentarse, encontrar
trabajo o crear negocios. Es probable que el brusco aumento de la
migración de retorno resulte oneroso para las comunidades (a las que
regresan los migrantes), ya que estas deben proporcionar
instalaciones de cuarentena inmediatamente y brindar apoyo en
materia de vivienda, empleo y reintegración social a mediano plazo.
El costo mundial promedio que supone el envío de USD 200 fue de 6,8
% en el tercer trimestre de 2020, en gran medida sin cambios desde
el primer trimestre de 2019, de acuerdo con la base de datos sobre
los precios de las remesas en el mundo que mantiene el Banco
Mundial.
Esto representa más del doble del 3 %, la meta establecida en los
Objetivos de Desarrollo Sostenible y que debe lograrse antes de
2030. El costo más bajo se registró en Asia meridional (5 %) y el
más alto en África al sur del Sahara (8,5 %). Los bancos son el
canal más caro para enviar remesas (con un promedio del 10,9 %),
seguidos por las oficinas de correos (8,6 %), los operadores de
transferencias de dinero (5,8 %) y los operadores móviles (2,8 %).
A pesar de ser los más baratos, los operadores móviles y de
transferencias de dinero se enfrentan a obstáculos cada vez mayores
a medida que los bancos cierran sus cuentas para reducir el riesgo
de incumplimiento de las normas de lucha contra el lavado de dinero
(ALD) y el financiamiento del terrorismo (LFT).
Para que estos canales permanezcan abiertos, especialmente para los
migrantes de bajos ingresos, las normas de ALD y de LFT podrían
simplificarse temporalmente para las remesas de pequeña cuantía.
Además, el fortalecimiento de las reglamentaciones sobre dinero
móvil y los sistemas de identidad mejorará la transparencia de las
transacciones. Para facilitar las remesas digitales sería necesario
que tanto los proveedores de servicios de remesas móviles como los
remitentes y los receptores dispusieran de mejor acceso a las
cuentas bancarias.
El Grupo Banco Mundial (GBM), una de las principales fuentes de
financiamiento y conocimientos para los países en desarrollo, está
adoptando medidas rápidas y de amplio alcance a fin de ayudar a los
países en desarrollo a fortalecer su respuesta frente a la pandemia.
Respalda intervenciones de salud pública, trabaja para garantizar el
suministro de insumos y equipos esenciales, y ayuda al sector
privado a continuar sus operaciones y mantener el empleo.
El GBM proporcionará hasta USD 160 000 millones durante un período
de 15 meses, que finalizará en junio de 2021, para ayudar a más de
100 países a proteger a los sectores pobres y vulnerables, respaldar
a las empresas e impulsar la recuperación económica. Dicho monto
incluye USD 50 000 millones correspondientes a nuevos recursos de la
Asociación Internacional de Fomento (AIF) en forma de donaciones y
préstamos en condiciones sumamente concesionarias, y USD 12 000
millones para ayudar a los países en desarrollo a financiar la
compra y distribución de vacunas contra la COVID-19.
Tendencias regionales en las remesas
Debido a las repercusiones negativas de la COVID-19, se prevé que en
2020 los flujos de remesas a la región de Asia oriental y el
Pacífico se reduzcan en un 11 %. China y Filipinas son los
principales receptores de la región. Al considerar las remesas como
porcentaje del producto interno bruto (PIB), Tonga y Samoa tienen la
mayor proporción. Costo de las remesas: El costo promedio que supone
el envío de USD 200 a la región aumentó ligeramente al 7,1 % en el
primer trimestre de 2020. El costo promedio en los cinco corredores
más baratos fue de 2,5 %, mientras que en los cinco corredores más
caros, excluyendo el de Sudáfrica a China que es un corredor atípico,
fue de 13,3 %.
Se estima que las remesas hacia los países de Europa y Asia central
disminuirán en un 16 %, hasta llegar a los USD 48 000 millones —dado
que es posible que la pandemia y la caída de los precios del
petróleo tengan repercusiones de gran alcance en las economías—, y
que en 2020 casi todos los países de la región registrarán
disminuciones de dos dígitos en las remesas.
Es probable que la depreciación del rublo ruso también debilite las
remesas procedentes de Rusia. Costo de las remesas: El costo
promedio para enviar USD 200 a Europa y Asia central se redujo
ligeramente y llegó al 6,5 % en el tercer trimestre de 2020 en
comparación con el 6,67 % registrado en 2019.
Se espera que en 2020 los flujos de remesas hacia América Latina y
el Caribe sean de aproximadamente USD 96 000 millones, lo que
representa un descenso de 0,2 % con respecto al año anterior. Las
remesas a Colombia, El Salvador y la República Dominicana
registraron un crecimiento interanual positivo entre los meses de
junio y septiembre, tras haber caído bruscamente en abril y mayo.
Los flujos hacia México, el principal receptor de la región, se
mantuvieron en parte porque los migrantes trabajaban en servicios
esenciales en Estados Unidos y porque aquellos que reunían los
requisitos se podían beneficiar además de los programas de estímulo
implementados en dicho país. Costo de las remesas: El costo promedio
de enviar USD 200 a la región aumentó ligeramente al 5,8 % en el
tercer trimestre de 2020.
En muchos corredores de remesas más cortos, los costos siguen siendo
elevados. Por ejemplo, el costo de enviar dinero a Haití y la
República Dominicana supera el 8 %.
Según las proyecciones, las remesas enviadas a la región de Oriente
Medio y Norte de África se reducirán en un 8 % en 2020 hasta
ubicarse en los USD 55 000 millones, debido a la persistente
desaceleración mundial prevista. Las entradas de remesas a Egipto,
el mayor receptor de la región, han sido hasta ahora anticíclicas
frente a la crisis, ya que los trabajadores egipcios en el
extranjero aumentan las transferencias excepcionales para sus
familias. Es probable que los flujos disminuyan debido a la
reducción de los precios del petróleo y a un menor crecimiento
económico en los países del Golfo, y cabe la posibilidad de que en
los principales países receptores las remesas disminuyan. Costo de
las remesas: El costo del envío de USD 200 a la región aumentó al
7,5 % en el tercer trimestre de 2020, en comparación con el 6,8 % en
2019. Los costos varían mucho de un corredor a otro: enviar dinero
de los países de ingreso alto miembros de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) al Líbano sigue
costando un valor de dos dígitos.
Se prevé que las remesas a Asia meridional disminuyan en alrededor
de un 4 % en 2020, hasta ubicarse en los USD 135 000 millones. En
Pakistán y Bangladesh, el impacto de la desaceleración económica
mundial se ha contrarrestado en cierta medida con la desviación de
las remesas de los canales informales hacia los formales, debido a
que ahora es más difícil llevar dinero personalmente por las
restricciones para viajar.
Pakistán también introdujo un estímulo tributario conforme al cual
se eximió de la retención de impuestos en la fuente, desde el 1 de
julio de 2020, a las retiradas de efectivo o a la emisión de
instrumentos bancarios/transferencias desde una cuenta bancaria
nacional.
Bangladesh registró un gran aumento de las entradas de remesas en
julio tras las inundaciones que afectaron a una cuarta parte de su
territorio. Costo de las remesas: Con poco menos del 5 % en el
tercer trimestre de 2020, Asia meridional fue la región donde el
costo de enviar USD 200 fue el más bajo. Pero los costos superan con
creces el 10 % en algunos corredores (desde Japón, Sudáfrica y
Tailandia, y desde Pakistán a Afganistán).
Se prevé que las remesas hacia África al sur del Sahara disminuyan
en alrededor de un 9 % en 2020, hasta ubicarse en los USD 44 000
millones. En la región, el volumen de remesas hacia Kenya ha seguido
siendo positivo hasta ahora, aunque es probable que las corrientes
disminuyan en 2021. Es posible que en todos los principales países
receptores se produzca una reducción de las remesas. Dado que la
pandemia de COVID-19 afecta tanto a los países de destino como a los
de origen de los migrantes subsaharianos, se espera que la caída de
las remesas provoque un aumento de la inseguridad alimentaria y la
pobreza. Costo de las remesas: E
l costo promedio de enviar USD 200 a la región fue de 8,5 % en el
tercer trimestre de 2020, lo que representa una leve disminución con
respecto al 9 % registrado un año antes. Los corredores más caros se
encuentran en la región de África al sur del Sahara. La promoción de
las tecnologías digitales junto con un entorno normativo que
incentive la competencia en el mercado de las remesas y la revisión
de las reglamentaciones en materia de ALD/LFT son esenciales para
reducir los costos de las remesas en la región.
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